MEMORIA Y UTOPÍA. PELÍCULAS RESTAURADAS PARA OTRA HISTORIA DEL CINE

Llega a La Filmoteca la sección “Memoria y utopía” de la Seminci, que, desde el pasado año, el festival vallisoletano dedica a reivindicar títulos ocultos por la historia. En algunos casos, debido a la censura política; en otros, por razones económicas, discriminación de género, o bien por su propia naturaleza desencajada, fuera del canon imperante en su época. Dentro del ciclo se proyectarán por primera vez en València las copias restauradas o digitalizadas recientemente de siete largometrajes realizados en México, Estados Unidos, Portugal, Checoslovaquia, Suecia e Irán entre 1949 y 2002.

Entre las películas que podrían formar parte de una historia del cine alternativa que no encajaron en las corrientes dominantes, marcadas por una situación política o por la estandarizante industria cinematográfica, podrán verse dos propuestas, separadas temporal y geográficamente pero unidas por una reflexión sobre la feminidad que no encajó en su tiempo, a finales de los años 40, por presentar actitudes identificadas con los hombres, como llevar la iniciativa sexual: La negra Angustias, de Matilde Landeta, directora pionera en la cinematografía mexicana, y La mujer sin rostro, de Gustaf Molander, con guion de Ingmar Bergman.

Tampoco encontraron ensamblaje en la ortodoxia del cine independiente de los 90 las propuestas de dos cineastas afroamericanos Naked Acts, de Bridgett M. Davis, y The Annihilation of Fish, de Charles Burnett. La primera fue maltratada por mezclar factores raciales y de género; y la segunda fue olvidada por las distribuidoras tras una demoledora crítica en la revista Variety. Al igual que ellas se desentendieron en forma y tema, Aparato volador a baja altitud, de Solveig Nordlund, no cumplió las reglas no escritas del género, fantástico en este caso, en su adaptación del autor J.G. Ballard.

Otros títulos seleccionados en “Memoria y utopía” demuestran una disonancia dentro de las cinematografías nacionales de las que proceden. Es el caso de Un domingo desperdiciado, debut de la realizadora Drahomira Vihanová, prohibido en su momento en Checoslovaquia por reflejar la situación del país tras la Primavera de Praga, y de The Sealed Soil, ópera prima de la iraní Marva Nabili, el primer largometraje completo dirigido por una mujer iraní que se conserva,

En definitiva, son películas que desaparecieron de la memoria, pero que reaparecen ahora gracias a las restauraciones llevadas a cabo por colegas de otras filmotecas y archivos fílmicos: el Instituto de Cine Sueco (La mujer sin rostro), la Cineteca Nacional de México (La negra Angustias), el Archivo Nacional de Cine checo (Un domingo desperdiciado), el Archivo de Cine y Televisión de la UCLA (The Sealed Soil, The Annihilation of Fish) y la Cinemateca Portuguesa (Aparato volador a baja altitud). Una buena ocasión para recordar, una vez más, la imprescindible labor de las filmotecas en la conservación y difusión de la historia del cine. También a la hora de reescribirla.