AULAFILM: MI VECINO TOTORO

Mi vecino Totoro (1988) es una de las obras de animación más icónicas, hasta el punto de haberse convertido en mascota del estudio que Miyazaki preside, el Studio Ghibli. A través de la sencilla historia de dos niñas que se mudan al campo para estar más cerca de su madre, convaleciente en un hospital, la película despliega un relato en el que lo cotidiano y lo fantástico se unen como si siempre hubieran sido lo mismo. A través del dibujo en movimiento, Miyazaki es capaz de darle cuerpo a fenómenos naturales como el viento y desvelar las emociones que recorren a sus personajes, a veces con gestos tan sencillos como un escalofrío o una simple mirada. Si el arte de la animación se encarga de dar vida a lo que no existe, Miyazaki es su gran maestro.

Con estas bases de melodrama y magia, Miyazaki desarrolla algunas de las ideas clave de toda su filmografía: la relación entre seres humanos y naturaleza, la capacidad revolucionaria del afecto, la imaginación como fuerza sanadora, la mirada infantil… Todo esto apoyado por un dibujo exquisito y una banda sonora que se ha convertido en himno mundial. Un torrente de vida e imaginación que cobra todo su sentido en pantalla grande.  Como explicaba el crítico Roger Ebert, "una película hecha para el mundo en el que deberíamos vivir".