ORQUESTA DE CÁMARA CATALANA

El humor de la Sinfonía Simple op. 4 de Benjamin Britten, escrita en 1934 utilizando material que había creado en los años de la preadolescencia como homenaje a la profesora de viola de su niñez. Cuatro movimientos que guardan fidelidad a las formas clásicas, pero con títulos de suite barroca: bulliciosa bourrée, juguetón pizzicato, sentimental zarabanda y finale bromista. Una pieza estelar encantadora, llena de claras melodías y quizás... no tan simple que sirve de entrante al estreno de Aguacero de luz y tinieblas de Ramon Paús, una obra acabada de salir del horno y dedicada a la orquesta de cámara catalana. El concierto para piano y cuerda nos introduce en un territorio lleno de reminiscencias de música popular, siempre tratadas con una orquestación magistral, que nos conduce amablemente a través del lenguaje modernista de López Chávarri, lleno a rebosar de olores del Mediterráneo, por un camino musical de luz, íntimo, alegre y sensual. El Concerto grosso de Vaughan Williams fue escrito como encargo para el programa de escuelas de Música Rurales de la Inglaterra de 1950. El entusiasmo con que responde el compositor nos abre la puerta con una enérgica entrada, hacia la ligereza de la burlesca ostinata, pasando por una lírica e introvertida zarabanda, hacia el Scherzo que es casi un minué de Haydn, para acabar con la Marcha que nos lleva directamente a la puerta del inicio. ¡Un círculo maravilloso!