El cancionero de Uppsala

En breve, nuestra primera edición del Cancionero de Uppsala cumplirá 20 años. Fue una edición patrocinada por la Biblioteca Valenciana que debe mucho a la iniciativa de José Luis Villacañas, otrora responsable de la Dirección general del Libro, Archivos y Bibliotecas de la Generalitat Valenciana, y a Inmaculada Tomás (†), directora del Institut Valencià de la Música, a quienes siempre agradeceremos su confianza al haberme encargado la edición crítica de uno de los más bellos repertorios cancioneriles del Renacimiento. El resultado se vio plasmado en dos volúmenes, uno de ellos dedicado a la reproducción facsimilar del único ejemplar que se ha conservado del impreso que Jerónimo Scotto editó en Venecia en 1556; el otro a su transcripción musical, acompañada de un estudio y un aparato crítico. No era la primera vez que se editaba este repertorio y el impreso había sido objeto previamente de dos reproducciones facsimilares, a pesar de lo cual la edición de 2003 del Cancionero de Uppsala se agotó al cabo de un tiempo.
Al plantearnos su reedición nos enfrentamos a una disyuntiva. Una opción era la de reimprimir, sin más, los dos volúmenes. Pero ocurre que recientemente la Biblioteca de la Universidad de Uppsala, que es donde se conserva el impreso, lo ha puesto a disposición del público en formato electrónico y ello hace innecesaria, a todos los efectos, una nueva reproducción en papel. Caso distinto es el del volumen con el estudio y transcripción, debido sobre todo al formato en que se editó la música, incómodo para el intérprete, y a ciertos errores que se deslizaron de forma involuntaria.
Si a ello le sumamos algunos nuevos datos que en los últimos años han ido aflorando en torno al repertorio del Cancionero, en particular los que tienen que ver con la vida y obra de uno de sus autores mejor representados, Matheo Flecha el Viejo, así como los derivados del acceso cada vez más amplio a bases de datos especializadas, la opción de reeditar el volumen revisado y puesto al día nos pareció la más oportuna. En función de la agilidad de la nueva edición, fusionamos algunos de los apartados de la sección dedicada a las «Notas críticas», aunque su contenido no cambie salvo en cuestión de detalle. Tanto en esta sección como en el resto del volumen cambia el sistema de referencias bibliográficas, por motivos de síntesis y por coherencia con nuestras ediciones de las obras de Matheo Flecha y Pedro de Pastrana, aparecidas en fecha posterior a la del Cancionero de Uppsala y patrocinadas por el mismo organismo cultural. En cuanto a la edición de la música, pasamos a señalar en letra cursiva en lugar de entre corchetes las repeticiones sugeridas del texto, cuando no las lleva el impreso original. Todo ello de acuerdo con el buen amigo Jorge García, responsable del servicio de publicaciones del Institut Valencià de Cultura, gracias a cuyo empeño e interés esta reedición del Cancionero de Uppsala ha sido posible.